El sonido áspero y melódico de Biznaga queda de manifiesto una vez más en esta obra donde la Gran Pantalla nos pide amablemente relajarnos y disfrutarlo.
El algoritmo tiene todas las respuestas y lo que busqué, me encontró, supe que era definitivo. Lo que no supe bien, fue quién estaba detrás del cristal, si ellos, los Biznaga o yo. Lo que sí supe es que los sonidos al otro lado del océano me atraparon.
La idea de vivir atado a un pedazo de plástico y cristal hacen de por sí, los días llenos de ansiedad y deseo de aceptación. Biznaga logra atrapar a la perfección el ritmo que acompaña la terrible agonía de una libertad obligada trabajando desde casa sin ser realmente el dueño de tu tiempo. Viviendo así, conectados y desconectados a la vez.
Gran Pantalla es una obra que promete salir del aislamiento obligado y lanza un llamado a apagar el submundo de las redes sociales. Mirar a esta banda madrileña darle vida a su disco de la forma que más lo disfruta, en el “en vivo” y gritarle a un dios transparente, omnipresente. Y al siempre incomodo rey y a la aún más absurda ley que no duda en hacernos ver que la felicidad suele terminar siempre en un clásico «Error 404».
Doce tracks que dejan en claro la libertad de composición que siempre han manejado donde no sacrifican las melodías poperas. Esas que siempre buscan con un par de guitarras que se acompañan sin tanta distorsión, líneas de bajo intensas. Y una batería que desde atrás marca el ritmo machacante y preciso que sus letras adornadas con coros y gritos han moldeado su estilo.
Tracks que me volaron la cabeza con sus letras directas, coros iracundos y bien armoniosos al más puro estilo de Mick Jones son “2K20”. Y la trágica y cómica manera de retratar el amor ideal, alimentado con selfies de una vida falsa en “Último Episodio”.