Me arriesgo a considerar que es el mejor comediante de stand up en México
Recuerdo con emoción cuando se apoderó de mí una risa incesante, viendo su primer especial en Netflix: “El amor es de putos”. Me hice fan del stand up en cuestión de minutos. Vislumbré una nueva forma de hacer comedia.
Sin intenciones de demeritar, ya no era Jo Jo Jorge Falcón, El J J, Teo Gonzales y Guerra de Chistes, contando sus bromas refritas una y otra ve. De hecho yo crecí con estos comediantes que me encantan. Sin embargo, Carlos Ballarta no sólo me hizo reír, me identifiqué con él, al mismo tiempo que reflexionaba sobre el lugar al que pertenezco en la diversa sociedad mexicana.
Una de las principales características del stand up, es que la rutina es escrita por el mismo que la presenta. Carlos Ballarta lo hace de maravilla, aprovechando su conocimiento como actor de doblaje y su cultura enciclopédica. Me identifiqué con su rutina porque hace referencia a la cultura “chilanga”, a la cotidianidad de una persona de bajos recursos morena perteneciente a la CDMX.
Por ejemplo cuando habla de los microbuses, del racismo entre los mexicanos, como el hecho de que una persona mexicana mientras más clara sea su piel, mientras menos rasgos indígenas tenga, es apreciada como más guapa, aparte de acceder a más oportunidades laborales sociales y sexuales. Mencionando en sus remates cosas tan comunes, que nadie toma en cuenta como que el “paquetaxo” no tiene “ruffles”, los elotes callejeros, el metrobus, la comida corrida, el montón de graba abandonando en cualquier colonia popular, y un sinfín de referencias al universo de clase baja y piel morena, a huevo te identificas.
Acerca de Carlos Ballarta
Personalmente también me atrapó su imagen, su apariencia de “chico grunge”, con su playera rayada de Kurt Cobain, cabellera larga, desaliñado, rockerón y pantalón roto. Lo bauticé como un rockstar de la comedia, un rockstar de humor fresco, inteligente y original.
Es interesante como llegando a una audiencia enorme a través de Netflix y YouTube, aborda temas tan delicados como la religión, el aborto, la política, etc. Se burla de estos inteligentemente, con consciencia. Claramente se nota su postura progresista, chaira, rebelde, de izquierda, eso es lo que nos agrada a varios.
No es quizás un intlectual o genio, pero se aprecia es un tipo culto, un tipo informado, sin dejar de ser comediante. Si no has visto sus especiales o shows, realmente te estás perdiendo de una hora de risa extrema y reflexión.
Carlos Ballarta se presentó por primera vez en un club de comedia bastante popular llamado Beer Hall en el 2012. Despegó en grande presentándose en el programa “Stand Parados” con Adal Ramones, también en Comedy Central, sin embargo se divulgó más su trabajo cuando se presentó en un late night llamado “Es de noche… y ya llegué” de René Franco por ahí del 2014. Desde ahí no ha parado su carrera, con presentaciones, especiales, podcast (Dukes y Campesinos, El Show de Don Peter y Estatus Culo), incluso papeles especiales en películas como: “Mirreyes contras Godínez”.
Claramente se nota es fan de la banda de grunge Nirvana. Es tan fan que se ve reflejado en su personalidad bastante misteriosa como la de Kurt Cobain, incluso escribió un chiste en su último especial, donde dice que fue diagnosticado con trastorno de personalidad por evitación. En podcast y programas donde ha sido invitado, se distingue una personalidad introvertida, reservada, no obstante esta característica es la que entre otras, lo ha llevado a la fama, a ser uno de los comediantes más seguidos y respetados de habla hispana.
Actualmente está presentando su show “Rebelde Comodino” en distintas partes de nuestro país, Canadá y Estados Unidos. Si no conoces a Carlos Ballarta no tuviste juventud madura.