Antes que nada, aquí no se le juzga a nadie, lo que se intenta lograr con este escrito es que,
simplemente reflexiones, si es que te has preguntado alguna vez, ¿tengo problemas con el
alcohol?
Se habla mucho sobre el alcoholismo, pero por lo regular nadie está ahí para comprenderte, es
algo que guardas internamente, pues socialmente se considera símbolo de debilidad.
Desgraciadamente, al menos en nuestra cultura, es bien visto tomar. Es característica de
hombría, de ser “más vergas” de ser más “cabrón”. Aguantar demasiado tomando se ha
convertido en la competencia más popular, incluso que el futbol. Cuantas veces no hemos
escuchado, cuando decidimos retirarnos (después de una jornada larga en una “peda”) por
parte de los amigos o familiares: ¿Ya te vas?, ¡No seas puto!, “Ni aguantas nada”. Tan solo falta analizar el cine clásico y música popular mexicana, para darte cuenta que beber alcohol es
lo más normal, no sólo lo más normal, si no lo más “chingón” en este mundo.
No es la intención venir a dar sermones mojigatos, y esas pendejadas que solo nos hacen
sentir más agobiados. Llega un momento donde ya es común beber alcohol todos los fines de
semana. Hasta ahí va “ay dos tres”, después se empieza a beber los jueves, después los
domingos. No hace falta ser muy inteligente, para darse cuenta, que alcohol deja secuelas
físicas, pero lo más cabrón, es la cruda moral, pues el alcohol te ayuda a desinhibirte, a sentirte
de maravilla, el más gracioso, el “más cabrón para los madrazos”, el más “ligador”, el más
bailador, el más “cogelón”. Por lo regular es muy complicado que alguien acepte que está
teniendo problemas con el alcohol hasta que es demasiado tarde. México es un país de
alcohólicos, la verdad es muy común escuchar donde sea, anécdotas de ese papá borracho
desobligado y violento. Ese podríamos ser nosotros.
El alcohol tiene diversas consecuencias y efectos dependiendo de la personalidad y carácter de
cada quién.
Para saber si eres alcohólico solo medita lo si: ya tienes la necesidad de beber, cuando has
intentado dejar de beber y vuelves a hacerlo, cuando te arrepientes de lo que hiciste un día
anterior, cuando te gastaste toda tu quincena, cuando tuviste sexo con esa chica o chico que
no te gustaba tanto, cuando se te olvidan las cosas, cuando sabes que alcohol te desestresa, te
hace ser más sociable, cuando has discutido o has peleado con alguien bajo los efectos del
alcohol, cuando al otro día dices “jamás voy a volver a tomar”.
Muchos nos hemos decidido firmemente a dejar de tomar, aunque volvemos a caer una y otra vez, repitiendo los mismos errores. A veces podemos controlar al alcohol, sin embargo por lo regular siempre gana.
El alcoholismo es un problema grave, tan sólo observa a tu alrededor, fíjate con detenimiento
y veras que hay muchos alcohólicos de closet, tu jefe, tu papá, tu tío, tu tía, tu abuela, tu mejor
amigo o tú mismo. No basta con la fuerza de voluntad. Yo como alcohólico y psicólogo, te
puedo decir que no hay solución a esta enfermedad, es crónica y degenerativa, la única forma
de parar, más no de curar, porque el alcoholismo no se cura, es asistir a grupos de autoayuda.
Dime pendejo, dime que tú puedes sólo, sin embargo te lo digo de valedores, siempre hay
alguien que te va echar la mano y no te va a juzgar, sino te va a comprender, darte la mano,
y te va a acompañar en este camino tan complicado. “Póngase vergas”
Rodrigo Torres Silva
