¿Es mentira qué los perros sienten?
Para la mayoría adoptar un perro tiene gran impacto emocional, hay quienes llegan a sentir el mismo amor por su perro que hacia una persona, para algunos son un miembro más de nuestra familia, les damos atenciones adecuadas y todo el cariño, sin embargo existen personas que no cubren el cuidado correcto, como quienes los tienen en la azotea de su casa abandonados.
Alguna vez se han preguntado ¿cómo es qué un perro nos aprecia?, ¿cómo digieren la convivencia con nosotros?, ¿qué sienten hacia su familia humana?
Todos los que hemos tenido como mascota a un perro sentimos, intuimos la reciprocidad del cariño hacia nosotros, en la mayoría de ocasiones este regalara el mismo cariño y atención que su dueño le ha brindado, conocemos varias historias donde perros han salvado la vida de su dueños ante diversas adversidades, incluido el suicidio. Los perros sienten muy parecido a los seres humanos. Sin embargo ese cariño no sufre desgaste como el de nosotros.
El perro, igual que las personas, posee un sistema límbico, esto confirma pueden sentir emociones, como miedo cuando escuchan el sonido de los cohetes, alegría cuando su dueño llega a casa, enojo cuando es agredido o agreden a alguien de su manada humana, tristeza cuando lo regañan o se va su dueño al trabajo.
De acuerdo a Stanley Coren, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de British Columbia, autor de varios libros sobre el comportamiento de los perros, afirma tienen un comportamiento similar a un niño de dos años; por lo tanto, pueden expresar emociones básicas, como el miedo, la ira, alegría, sorpresa. Un ejemplo de ello es como nuestra mascota en ocasiones recibe contento, con mucha alegría a nuestros invitados incluso incomodándolos como lo hace un niño pequeño.
El académico agrega que el animal no va a comprender todo lo que uno comunica, pero al igual que un niño de dos años pueden entender sonidos básicos.
Los perros sienten amor verdadero hacia los humanos, superando al que sienten por otros de su misma especie.
En un experimento personas llorando se mostraban ante un can, emitiendo un sonido raro o sollozando, para estudiar la reacción. Los resultados fueron interesantes, pues la mayoría de los perros decidieron aproximarse, expresando conductas de consuelo con la persona que mostraba tristeza. Posiblemente muchos con mascota hemos confirmado lo anterior.
La convivencia con humanos desde la antigüedad, el hecho de compartir estructuras genéticas con los perros, los ha convertido en mucho más que compañía. Podemos ser transparentes, enojarnos, estresarnos, alegrarnos y reírnos con ellos, forman parte de nuestras vidas y se han ganado un hueco en nuestros corazones. Son capaces de comprender a la perfección nuestras emociones, nuestros movimientos, nuestra rutina, por ello, nosotros también llegamos a comprender su personalidad y los amamos.
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