A lo mejor deberías pensar dos veces el coverear a tu banda favorita en los toquínes de tu cuadra.
Cierras los ojos. Vuelves a estar en la preparatoria y los problemas desaparecen. Después de clases, todos piensan ir a la explanada a ver el concurso de bandas que organizaron y todos estarán ahí.
Es lo más cerca que estás de un concierto de tu banda favorita y ellos de cumplir su sueño de ser un rockstar. Justo cuando creen que nada puede salir mal, te enteras que la agrupación que tanto has idolatrado e imitado te demanda.
Si piensas que esto es prácticamente imposible, quédate a leer esta fascinante historia.
Fue en el año de 2016, cuando el grupo originario de Canadá, «Sandman», sintió el terror al ver que el grupo que le daba sentido a su música los había demandando.
Luego del amor que sentían por Metallica, un grupo de amigos decidieron rendirles tributo a través de tocar sus canciones en fiestas y bares.
Siendo una más de las miles y miles de banda tributo que existen alrededor del mundo, nunca se imaginaron lo que vendría después: Metallica los había demandado por derechos de autor respecto a su logo.
Tras compartir en sus redes el hecho y proclamar que sería imposible ganarles y cubrir los gastos de indemnización que pedían, los usuarios no dudaron en hacerlo viral.
El caso se extendió tanto que finalmente llegó a oídos de James Hetfield y compañía, que de inmediato se encargaron de aclarar que dicha demanda no pasó nunca por sus ojos, y mucho menos fue aprobada por ellos.
Muchas veces, el departamento legal hace este tipo de acciones sin necesidad de avisar a la banda.
Como parte de su trabajo, velan y supervisan los intereses de la agrupación.
Esta vez, los afectados eran unos fanáticos que solo intentaban rendirles homenaje, por lo que tomaron cartas en el asunto.
Este fue el comunicado oficial de Metallica para el medio Rolling Stone:
“Escuchamos que una banda canadiense tributo a Metallica está un poco molesta con nosotros y con un poco de investigación, averiguamos el por qué. Resulta que se les entregó una carta a la banda «Sandman» que ni nosotros ni nuestra gerencia sabíamos hasta que apareció en redes sociales. Por suerte para nosotros, la banda tuvo la amabilidad de publicarla para que la viéramos, y resulta que tenemos un abogado muy entusiasta que envió esta carta sin nuestro conocimiento “.
Como era de esperarse, el grupo retiró los cargos y hasta los invitaron al concierto que dieron en Canadá, dejando todo en un mal trago.
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Una historia que parece sacada de un libro de cuento.
¿Te imaginas que Zac Efron demandará a la estética de tu cuadra por usar su imagen? ¿O que demandarán a la vulcanizadora de la esquina por usar el logo de Ferrari?
