Lo más increíble de Menta no es su insultante juventud, ni su mezcla increíble de estilos, sino su capacidad para componer himnos. Canciones que se debaten entre la melancolía más eléctrica, la tragedia más sarcástica y el realismo más sucio. Y todo ello con unos estribillos que atraviesan el alma. Sin haber dado ni un concierto (las circunstancias así lo han querido), se presentan con un EP grabado por Carlos Hernández que contiene tres canciones inmensas y abrumadoras.

“Ayer te echaba de menos: una botella me he abierto, luego me he fumado un porro y me he metido cuatro dedos”. Así cantan entre el desconsuelo, el nihilismo y el amor más crudo unos Menta que presentan un primer single, “Ojalá Te Mueras”. Tema que resuena como un puñal y que sirve como carta de presentación de una banda llamada a convertirse en revelación de un 2020.

Todo para olvidar muchas cosas, pero no sus canciones, escritas a navaja sobre el antebrazo. Un medio tiempo eléctrico que resuena como un paso de Semana Santa escrito por Jesus & Mary Chain y cantado por la heredera de musas riot punk como Brody Dalle o Texas Terri, pero que es mucho más que eso: es el primer himno de Menta.