Las zonas erógenas difieren de hombre a hombre.
En general, las nalgas, la cara interna de los muslos, la próstata, la boca, el cuello y nuca, las orejas, el pecho, los pezones, el ombligo y las plantas de los pies, además de la cabeza, el pene y el escroto, lo son. Besar, acariciar, masajear o jugar con estas zonas erógenas estimula el deseo sexual.
Zonas erógenas alrededor de la cara
Los oídos son sensibles en muchos hombres. Soplarlos, mordisquearlos o lamerlos suavemente pueden hacernos sentir bien. La boca, los labios y la lengua son muy sensibles, no se diga el cuello.
Zonas erógenas en el abdomen y la parte superior del cuerpo.
Los pezones de un hombre pueden endurecerse con la excitación .El abdomen y el ombligo pueden ser erógenos. Con caricias y lamidas se puede aumentar la emoción.
Zonas erógenas en manos y pies
La palma es muy sensible. Que te hagan cosquillas en la palma de la mano es placentero, o que pongan tu mano en algún lugar cálido de ella es gratificante. Algunos hombres también disfrutan de un masaje de pies.
Zonas erógenas como glúteos y próstata
A algunos nos puede encantar cuando acarician, masajean o lamen nuestras nalgas. El hecho de que nos acaricien suavemente la parte interna de los muslos es demasiado excitante, no se diga si llegan al pene. Por supuesto, el glande es muy sensible, pero el tronco y el escroto también los son. Una succionada de huevos esta chido.
Para avanzados y de mente abierta está la próstata. Nos pueden o podemos estimular la próstata deslizando el dedo medio con lubricante dentro del ano, presionando suavemente hacia el pene. Esto es antes y durante la eyaculación.
Por lo regular a los hombres no se nos habla sobre nuestras zonas erógenas, nos han enseñado a disminuir nuestro placer y solamente centrarlo en el falo. Pero ponemos disfrutar de nuestro cuerpo en general.