Burger Records, con sede en el Condado de Orange, dejó de operar luego de numerosas acusaciones de conducta sexual inapropiada hechas tanto por bandas, como por personal administrativo del sello. LA disquera devolverá todas las grabaciones a los artistas.
En entrevista para Pitchfork, Sean Bohrman, cofundador de Burger Records, dijo que decidieron terminar con la disquera el martes por la noche. Bohrman dijo también dijo que eliminarían todos sus lanzamientos de las plataformas de streaming y les daría a los artistas su música para que puedan distribuirla ellos mismos. Las páginas de Burger en las redes sociales también se han eliminado.
Durante el fin de semana pasado, una cuenta de Instagram, Lured_By_Burger_Records, describió docenas de acusaciones hacia a el sello. Tras las acusaciones, el lunes, Burger anunció el despido del presidente de la compañía, Lee Rickard, así como su participación en la propiedad de la compañía. Se anunció que Bohrman también dejaría su rol y pasaría a «un rol de transición». Quedaría entonces como presidenta interina la veterana ejecutiva de música Jessa Zapor-Gray. La cuenta de las víctimas publicó una declaración desaprobando el papel de Zapor-Gray.
A última hora del martes por la noche, Zapor-Gray anunció que no tomaría el cargo. Además, la compañía de promoción detrás de Burger Boogaloo, Total Trash Productions, cortó todos los lazos con el sello. «Estamos preocupados y disgustados por las acusaciones que han surgido, y apoyamos a los sobrevivientes», dijo el promotor. Burger Records se iba a renombrar como BRGR RCRDS, pero eso no va a suceder ahora.