La brillante campaña alemana decía: “La vida es muy corta para estar en el trabajo equivocado”. Consistía en la simulación de personas dentro de maquinas de café o cajeros automáticos haciendo un trabajo repetitivo, incómodo y aburrido.
La verdad es que a veces sin darnos cuenta nuestros trabajos se convierten en eso, una actividad monótona, incómoda y aburrida por que ya aprendimos lo que teníamos que aprender ahí. Y eso es algo que hasta cierto punto es normal, lo que no es normal es que cuando esto pase, tu hayas dejado la mitad de tu vida profesional en ese empleo.
Si alguien que va saliendo de la universidad me pidiera un consejo sin dudarlo sería:
“No te quedes por mucho tiempo en el mismo empleo”.
Seguramente existirán sus excepciones con algunos “Dream Jobs”. Seguramente habrá algunas agencias que provocan que sus empleados hagan algo diferente todos los días. Y la condición de ser el dueño de la agencia también podría ser una excepción. Pero la regla general nos dice que los mejores profesionales no se quedaron demasiado tiempo en un mismo lugar.
Y no es tan difícil imaginar por que.
Cuando te quedas mucho tiempo en una agencia te vuelves bueno haciendo lo que hace esa agencia, podrás llegar a ser el “Director General Creativo”. Pero solo sabrás hacer las cosas de la manera en que las hace ese lugar. Si se presentara una situación adversa como la pérdida de ese empleo podría resultarte muy complicado encontrar un nuevo trabajo. Por que tuviste un estanque profesional de 5, 10 o 15 años y tus habilidades jamás se actualizaron.
Si ya llevas algún tiempo en tu trabajo, aprende a identificar las señales para saber cuando abandonarlo.
Un artículo de Forbes asegura que permanecer durante largos periodos en un mismo puesto afecta de manera negativa en varios aspectos de tu vida profesional. Como un currículum vacío, que transmite falta de habilidades, conocimientos o desconexión de nuevas tendencias laborales.
Una de las peores decisiones que puedes tomar es quedarte en un trabajo por comodidad o por miedo, eso tarde o temprano te va a cobrar factura. Cuando tengas la sensación de que no estas contribuyendo en nada, ni para dentro con el propio entorno laboral. Ni para fuera con la sociedad y mucho menos para ti mismo, es el momento de decir adiós.
Jamás es demasiado tarde para salirte de tu área de confort.
Cuando veo biografías de diseñadores y publicistas reconocidos contando el desarrollo de sus carreras, sus influencias, sus mentores y todo lo que los motivo a ser lo que son ahora, no puedo sentir menos que envidia.
Envidia por que me hubiera encantado tener un mentor como los que ellos mencionan, esa figura que representó una guía técnica, ética y espiritual. Por supuesto que agradezco a todas las personas que me ayudaron a crecer, que me enseñaron algo. Y, de una u otra forma, contribuyeron en mi desarrollo (clientes y colegas), pero mi realidad es muy diferente a la de esos personajes.
Yo vengo de lugares que representan todo lo que está mal en este negocio, jefes que fomentaban el chisme como una forma de trabajo, socios profundamente ignorantes con una enorme falta de huevos, a los que les importaba más el tamaño del cheque que el mediocre trabajo que se generaba, cabezas de agencia diciendo que sí el cliente se los pidiera se desnudarían sin pensarlo y un larguísimo etcétera.
La verdad es que me toco ser parte de esos lugares que nunca entendieron que las marcas contratan agencias para que les ayuden a resolver problemas, no para que les tomen el recado y enchulen sus ppt’s.
Y precisamente es eso lo que me hace creer que no importa cuántos años lleves en tu trabajo, jamás será tarde para rectificar, jamás será tarde para hacerlo a tu manera por que no hay nada más horrible que la sensación de estar estancados y no poder avanzar en ninguna dirección, de sentir que lo único bueno de tu trabajo es el cheque que llega cada día de pago, pero sabes que llegará el momento que ni la alegría de recibir 10 cheques podrá compensar el desgaste emocional y físico que tienes por quedarte en un lugar donde ya no quieres estar.
Jamás será tarde para empezar otra vez. Así que empieza de nuevo las veces que sean necesarias.