Los escritos de Alejandro González Castillo ¡muerden! Y no porque el primer relato de este libro se llame “Cuide a su perrita, cabrón”. Sino que uno tiene que correr, esquivar, guarecerse, protegerse, salvarse de las crudas mordidas que la ciudad te suelta a cada paso. Y que en Manual de Carroña están bien acomodadas en forma de prosa aguerrida, cacofónica, nostálgica y rítmica.

Este caballero no cree en las buenas maneras que señala el Manual de Carreño. Así que mejor nos ofrece el Manual de Carroña que dicho sea de paso es más útil para sobrevivir cuando “Uno se pasa la vida haciendo planes idiotas. Planes que aparentan contar con la solidez de un fémur y que en realidad se hacen polvo con la simpleza que se estruja un mazapán”, escribe Alejandro.

El viaje por distintas partes del mundo, para absorber la música de primera mano y si es posible en primera fila. Desde José José, fracturándose con Caifanes, llegando tarde a Morrissey. Llenando de nostalgia el alma ante The Rolling Stones, llorando entre notas de Paul McCartney. O simplemente escuchar en la lejanía a The Chemical Brothers; todo mientras se acaba el viaje de galleta mezclada con alguna droga. Nos deja claro la melomanía y el amor que Alejandro le tiene a cada nota musical. 

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Manual de Carroña nos enseña las reglas básicas (y de etiqueta, por supuesto) para sobrevivir a la urbanidad. Por ejemplo, cómo cagar en los baños públicos mientras eres observado, qué gestos usar cuando tu mujer descubre en tu celular mensajes de otra mujer. También cómo no morir en la cárcel cuando todos te traen ganas y en unas horas tienes que presentar un libro, en una ciudad que no es la tuya. Usted aprenderá a pedir y tomar cerveza en La India, mientras a alguien le huelen los pies. Así cómo acudir a una casa swinger y encontrarse con alguien que no debería estar ahí. 

El mismo autor dice que este es su libro más honesto, que hizo lo que quiso, que lo escribió tal cual venían las palabras de su mente a su boca. Su honestidad alcanzó para preguntarse: «¿Por qué estas historias de Capulina sólo me pasan a mí? ¿Por qué no puedo subirme a un camión, hacer mi viaje y llegar a mi destino silbando, sin contratiempos, cómo cualquiera?»

¿Acaso no se trata de eso la vida? Ser un contenedor de historias que sólo le pasan a uno y buscar un condimento que le sepan delicioso a quién las escucha, a quién las lee. Bueno, pues el aderezo elegido esta vez fue: el humor. Reitero, los escritos de Alejandro ¡muerden! Y ahora creo que no por casualidad guardo mi libro para que no se maltrate en una bolsita de Cuidado con el Perro.

Chassé:

*El libro fue editado por El Salario del Miedo, proyecto dirigido por J.M. Servín.

*Durante la presentación del libro, se dijo que este tipo de publicaciones no eran para hacerse famosos ni ricos, pero Alejandro González levantó la mano diciendo que él sí.