Pues el origen de mi ansiedad y/o Trastorno Obsesivo Compulsivo, lo detecté como a la edad de doce años
Recuerdo como una prima de 19 años, abusó de mí sexualmente, en ese entonces yo no lo asimilé como abuso, fue de adulto cuando reparé que eso había sido una violación, sin embargo, la cultura fomenta la sexualidad temprana en los hombres. A partir de ahí empecé a sentirme culpable todo el día, pensaba que había infringido alguna regla católica. Digamos que no imaginaba ir al infierno, pero sí sabía que eso era algo muy malo, Dios me iba a castigar.
Fue así que todo detonó cuando en sexto de primaria, en una escuela católica, muy vagamente nos dieron información acerca del SIDA. Me espanté, consideré de inmediato que era muy probable que yo tuviese esa enfermedad, pues era un castigo divino. Todo era terror desde los doce años, todo era SIDA. Todo lo relacionaba con el SIDA. Yo pensaba que había infectado a mis padres a pesar de que tenía información de la enfermedad. Pero hacia cadenas de pensamiento, ideas casi paranoides, ideas delirantes, alimentadas con ansiedad, y pensamientos que no paraban de molestar todo el día.
De verdad yo me sentía desahuciado, yo firmemente creía que me iba a morir. Me sentía muy triste por mis papás, tenía una sensación rara respecto a la realidad, la notaba gris, muy obscura, como una película de drama triste.
A pesar de que yo casi estaba seguro de que tenía SIDA, seguía evitando cualquier amenaza que pudiera contagiarme, como tocar un tubo del metro con la orilla de la uña donde tenía un padrastro fresco sangrante, o sentarme a cagar en un baño para que no me salpicara alguna gota de semen que dejaron ahí; o comerme algo que fuera a traer sangre, y se metiera por una pequeña llaga en los dientes, o en la garganta irritada cuando estaba resfriado.
En fin, mi mente justificaba cualquier detalle, dando argumentos certeros de cuál fue el motivo de haber contraído el SIDA. Jamás le conté a nadie en ese entonces, vivía todo el día sintiéndome de la mierda, como si me fuera a morir. No podía contarle a mis papas, como les iba yo a decir que tenía SIDA, menos a un pendejo profesor, que luego son tan ignorantes y dramáticos, en vez de hacer sentir bien a los alumnos, les interesa su mísera quincena.
Fue así que viví un infierno por el miedo al SIDA, desde los doce años hasta los 16. Dejo el miedo de ser tan excesivo porque asistí con un psiquiatra. Pero pinches psiquiatras tan pendejos, lo único que hacen es recetar antidepresivos y ansiolíticos. No sé por qué de un momento a otro, el SIDA dejó de importarme en gran medida, pero no por completo. Yo evité durante un largo tiempo tener relaciones sexuales. A la fecha aunque tengo cuidado, me hago el examen de VIH cada año. Entonces a los 16 años, mi miedo no se consumió, sino mutó o se transformó en miedos más severos, no le podía yo decir a nadie. A pesar de que aún sigo con ideas delirantes o ataques de pánico, tan siquiera ya se me hacen familiares, puedo controlarlos hasta cierto punto, sobre todo con alcohol y marihuana.
Pero bueno, a todo esto, tengo ciertos hábitos que no me dejan estar en paz, hábitos muy estrictos, que no tienen cabida para un punto medio, simplemente los tengo que hacer, o empiezo a tener ataques de pánico que sólo calmo con grandes cantidades de alcohol y marihuana.
Diez hábitos de mi locura (ansiedad , ataques de pánico y TOC)
- No cago más que en mi casa, sí o sí.
- Me limpio el culo tanto que ya hice millonarios al papel Regio, por eso a veces mejor me baño, hasta unas tres veces al día, porque el sólo hecho de pensar que traigo el culo sucio por mínimo que sea, me vuelve loco.
- Puedo decir que yo no disfruté de mi sexualidad hasta los treinta años, siempre estaba pensando, que aun poniéndome el condón, alguna gota de flujo vaginal iba a llegar a hacer contacto con mis fluidos, o en una herida, o que se yo.
- Tengo que tener sincronizada mi rutina, sino, igual me dan ataques de pánico
- Las manos aún me las sigo lavando una y otra vez durante el día.
- No soporto los olores de heces, orina, pescado, patas, por mínimos que sean, incluso aunque no huela, el hecho de que lleguen a mí, hace que piense que todo el ambiente está contaminado, siento que el olor invade mi cuerpo, me dan ganas de irme a bañar, y lavar toda mi ropa con cloro o mucho jabón.
- Cada que voy al baño deben estar mis manos completamente limpias. Después de comer me lavo las manos cuatro veces. Cuando lavo mi ano se me hace una eternidad; me llegué a lavar el ano con cloro.
- Pisar una mierda en la calle es lo peor que me puede pasar. Preferiría regalar diez mil pesos que pisar una mierda en la calle.
- Sólo me dan miedo las enfermedades venéreas, porque jamás me enfermo de otras cosas
- Soy desconfiado, tengo ansiedad todo el tiempo, y hasta la orina me la limpión con papel; si por error se me sale una gota, soy capaz en donde quiera que este, de irme a mi casa para bañarme y cambiarme de calzón.