Moxie es una película norteamericana de drama dirigida por Amy Poehler. Netflix realizó la adaptación de la novela homónima de 2015 escrita por Jennifer Mathieu y la estrenó el pasado 3 de marzo
Moxie es un drama adolescente que aborda la violencia de genero y el movimiento feminista bajo un contexto contemporáneo en el que existen diferentes trincheras de la lucha; lo cual es mi parte favorita ya que no todas la mujeres pueden “practicar el feminismo” de la misma forma por distintos motivos de carácter sociocultural. Como Claudia, quien, a diferencia de la protagonista, vive en un núcleo familiar conservador, situación que hace a Vivian cuestionar sus privilegios como mujer (pues también los tenemos).
Es importante resaltar esta situación para no juzgar a las mujeres que no se sienten representadas por el movimiento o que no saben cómo involucrarse, existen distintas formas de aportar y de ser feminista.
Entre otros personajes, también encontramos al aliado, el novio de Vivian. Me cae bien porque no toma protagonismo; está chingón y es necesario que se deconstruyan y cuestionen sus privilegios. Sabemos que no todo los hombres son unos cretinos, pero recuerden, los hombres no pueden ser feministas.
Concientización de las nuevas generaciones
Una de las lecciones que proyecta, es en relación al apoyo entre mujeres. La motivación y el soporte que nos brindamos hace la diferencia, en lugar de juzgarnos y atacarnos entre nosotras. Es cierto que unidas somos más fuertes.
El filme también expone situaciones como la cosificación de la mujer, los estereotipos que se imponen sobre nosotras al sexualizar nuestro cuerpo, la desigualdad, abuso sexual, mansplaining, el acoso y también deja entre ver la falta de capacidad de acción por parte de las autoridades escolares en este caso, quienes en muchos casos son negligentes para tomar medidas sobre las situaciones denunciadas, porque siempre ha sido más fácil hacer como que no pasa nada.
En fin, entre otras cosas, me parece sumamente bueno que esté dirigida a un público adolescente, porque este target ya tiene bastante de los melodramas basados en el romance o las etapas y conflictos de la edad, etc. Considero que siempre será buena idea abrir espacios para la exposición de las distintas situaciones sociales que acontecen. Historias reales donde el espectador pueda sentirse identificado, despertar su interés por aprender más sobre temas nuevos o simplemente dejar una semilla de curiosidad.