Me impresionó bastante dicho documental dirigido por Lucie Jourdan
Jamás me detuve a pensar que ser especialista en fertilidad es una posición de poder, aprovechada por el médico Donald Cline para inseminar a sus pacientes con su propio semen. ¿Cómo para qué? Pues por intereses raciales y religiosos. Jacoba Ballart, una de tantas víctimas, por no llamarle hija, se percató de dicha atrocidad cuando rastreaba su origen genético, pues se había hecho una prueba de ADN. Advirtió que tenía ocho hermanos, dándose a la tarea de buscarlos para hablar con ellos y hacer justicia. Era un delito sin serlo, ya que la ley en Indiana no contaba con alguna pena para este tipo de crimen.
Al inicio el médico Donald Cline se comportó hostil, emitiendo amenazas a Jacoba, pues él sabía que era culpable. También amenazó a los otros hijos que se veían implicados en esta lucha. No sólo los amenazó, sino que comenzó a acosarlos para lograr su retracto de las acusaciones. Incluso durante una junta con ellos, cargaba una arma en la cintura como advertencia, como estrategia de intimidación, para que supieran con quién se estaban metiendo, que fácil no la iban a tener.
Desgraciadamente este médico sociópata contaba con el reconocimiento de la comunidad médica, aparte de personas importantes incluyendo políticos. De hecho era muy respetado y querido, porque ayudó a un sin número de parejas a poder embarazarse.
Había parejas que jamás imaginaron hecho tan atroz. No sabían que el donante de semen fuera el mismo médico que realizó el procedimiento; no les pasó por la mente, ya que el esposo era quién proporcionaba la muestra. El siniestro doctor mientras que la paciente estaba en el consultorio esperando a ser inseminada, este estaba en un cuarto contiguo masturbándose para utilizar su esperma.
Jacoba Ballart hasta la fecha no deja de luchar para obtener el castigo, puesto que Cline fue sentenciado, pero desgraciadamente gracias a sus contactos quedó libre. Es impresionante el hecho que se hayan descubierto 94 hijos y continúen apareciendo. Inseminó a un número indefinido de mujeres. Todas las víctimas de este cruel experimento son parecidas, la gran mayoría tiene ojos azules, cabello rubio y enfermedades autoinmunes, sin embargo la peor enfermedad que adquirieron fue mental, se quedaban en shock al enterarse que su papá no era su verdadero padre, sino un médico sin escrúpulos. Se desmoronaba su identidad, su personalidad, cayendo en un torbellino de preguntas y desesperación.
Es una película documental bastante interesante, pero bastante aterradora, que te lleva a la reflexión, te hace cuestionar cuantos profesionales de la salud no son éticos, y no sólo buscan su propio beneficio, sino experimentan con pacientes como si fueran juguetes.
