Es un formato de comedia nacido en Estados Unidos durante la época de prohibición del alcohol, en los años veinte y treinta del siglo XX
Surgió en “night-clubs”, lugares clandestinos, subterráneos, manejados por la mafia, donde se vendía alcohol ilegalmente, pero para que el público bebiera entretenidamente había variedad, había espectáculo. Dentro del teatro cabaret, obras musicales y payasos, empezó a germinarse esta nueva modalidad de comedia que hoy en día se ha convertido en un movimiento.
El stand up se desarrolla en un escenario, con una persona al frente, que con anticipación realizó observaciones sociales, propias, cuenta historias, relacionándolas con su momento histórico social pero de una forma cómica, intentando causar risa al auditorio. Chistes rápidos, sin espacio para el aburrimiento, creados por el mismo que los presenta, con su propia persona y un micrófono. Ya no se aludía a un vestuario ornamentoso como en el cabaret, teatro o los payasos. Este show sólo lo hace una persona, él es el productor, actor, guionista, director y su propio personaje.
Sinceramente yo desconocía a muchos comediantes “gringos” de stand up, que fueron quienes cimentaron los pilares de este género, como: Alan King, Danny Thomas, Martin y Lewis, Don Rickles, Joan Rivers y Jack E. Leonard. Los desconocía al igual que muchas personas de escasos recursos en México como yo, por no saber inglés y no tener televisión de paga. Al único que ubico de mi infancia es a Jim Carrey, por sus películas como Ace Ventura, La Máscara y Una Pareja de Idiotas. Actualmente conozco un poco más por ayuda de las nuevas plataformas y el internet.
Este estilo se ha popularizado y ha llegado a todas partes del mundo, incluso a México, no podía faltar. Aparte de ser vecinos de los “gringos”, tenemos una cultura, una historia, una idiosincrasia llena de alegría, de risas, con personas dispuestas a hacerte una broma en todo momento, hasta del suceso más vergonzoso, o de la anécdota más traumática. Creo que aquí si aplica que los mexicanos nos reímos de la muerte. Cómo chingados no íbamos a destacar en el stand up.
En México siempre ha habido excelentes comediantes, como Cantinflas, Tin Tan, Resortes, Palillo, Piporro, etc. De comediantes en México tenemos tanta variedad como gastronomía. Sin embargo a finales de los años dos mil, empezaron a salir a escena comediantes de stand up mexicanos. Recuerdo todavía en la década pasada, vi una rutina de Carlos Ballarta, la cual me impactó tanto que me enamoré del stand up en cuestión de minutos. Me pareció una forma muy original de hacer comedia. Estaba acostumbrado a ver a comediantes como Jo Jo Jorge Falcón y otros de la vieja escuela en “Siempre en Domingo”. En su mayoría no eran autores de lo que presentaban, a pesar de ser excelentes comediantes.
Así el stand up dio un giro, ahora era comedia nueva, no el típico chiste de gangosos. Sin embargo, el maestro de maestros, Polo Polo, ya hacia algo que se acercaba demasiado al stand up, o quizás, si en esos tiempos se hubiese popularizado este género, lo hubieran catalogado de “standupero”. A finales de los años noventa y principios de los dos mil, Adal Ramones ya hacia stand up en su programa Otro Rollo, cuando presentaba su monólogo. Me atrevo a decir que estos dos últimos han sido una gran influencia para los comediantes mexicanos de stand up.
Los comediantes de stand up más destacados en México sin importar el orden en que los menciono, son: Franco Escamilla, Sofía Niño de Rivera, Ricardo O’Farrill, Alex Fernández, El Cojo Feliz, y a mi parecer el más chingón de todos Carlos Ballarta. No obstante hay otros tantos que no son famosos o tan famosos y rebasan por mucho a Eugenio Derbez o Jorge Ortiz de Pinedo. Más adelante seguiremos hablando de estos comediantes y del stand up. Consuman stand up que ya está más caro el pinche cine.
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