Bueno, pues no soy ningún crítico de cine pero no me gustó, así de sencillo, con la mayor sinceridad se los expreso
Qué quieren que les diga, no sé si me hicieron falta más elementos para poder tener un perspectiva diferente de este filme.
Algo que me agradó fue el narrador, es inconfundible esa voz seria, educada y certera que tiene el gran actor José Carlos Ruiz, de alguna forma es quién va dando sabor a la película, quién le da color, le da un toque poético. Por otro lado el primer problema que encuentro con esta cinta, es que no me creo lo que está tratando de transmitir el actor principal (Isaac Ledezma), se suponía es quien sería, el que daría vida a la película, quien provocaría todas esas sensaciones de fe que tenía en mente el director (Alejandro Robles Gil). Pero a mí me provocó sueño su participación, lo notaba muy falso, como no esforzándose nada en impresionar al público, en dejar su alma en la cámara. No tenía convicción su personalidad.
No compré el mensaje, la tesis de la película, no me la creo, es como leer un libro de autoayuda combinado con un folletito Atalaya de Los testigos de Jehová. Tal vez influya mi posición espiritual, porque no soy religioso, pero el estilo de esta obra me pareció como de película cristiana, fusionada con una de los hermanos Almada. Este rodaje intenta envolverte con cuestiones de fe, trata de llegarte al corazón por medio de enseñanzas.
En algunos momentos me vino a la mente el libro “El Alquimista”, de Paulo Coelho, porque el personaje de “Oscar” en Agua de Arrayán, también va sufriendo de adversidades, pero aprendiendo de ellas. Este es como un algoritmo muy común en los libros de autoayuda, donde los problemas que se presentan en el camino, suelen ser enseñanzas, por eso es muy importante disfrutar del camino y no la meta ,al igual que las personas con las que te topas en el peregrinar de la vida, porque son maestros y bla bla bla bla. Esto lo usa mucho el escritor de autoayuda Wayne Dyer, conocido por su libro best seller “Tus Zonas Erróneas”; tiene otro titulado “Tus Zonas Mágicas”, que es un libro más espiritual. La cuestión aquí es que, a “Agua de Arrayan” se le nota a kilómetros este discurso de autoayuda. Pero muy mal logrado.
Los objetivos de la película
Me da la impresión que esta cinta, también es una estrategia de turismo para darle promoción a la Virgen de Talpa. Incluso a mí me dieron ánimos de conocer esos rumbos de Jalisco, sinceramente no tenía idea de que existiese la Virgen de Talpa. Debo reconocer que los paisajes son hermosos, es un Estado muy bello, valdría la pena conocer por allá. Sin embargo no significa que sea una buena obra. Jamás me sensibilicé, en ningún momento pensé: “Ay que misterios nos guarda la vida, la vida esta llena de problemas, pero si tenemos fe en la virgen de Talpa, es posible que la vida nos guarde una recompensa”. Posiblemente lo anterior es lo que el director deseaba transmitir, no obstante a mí me transmitió deseos de que por favor ya terminara, porque me dio mucha flojera. Se supone que una película de miedo debe dar miedo ¿no es así? O una película de risa debe dar risa, y esta película que debía hacerme reflexionar, sentir pasión por la vida, lo que me dio es flojera.
Rescato las apariciones fugases que tuvieron actores de renombre, como el ya mencionado primer actor José Carlos Ruiz, o Lucia Guilmain. Considero que hasta el minuto donde hace su aparición esta primera actriz, desperté y pude encontrarle un poco de sentido al filme. Es indudable que el actor Luis Fernando Peña es bastante bueno, trabaja muy bien, obviamente todos lo ubicamos por su protagónico en la legendaria película de los 2000: “Amar te Duele”. Hizo un papel realmente corto, pero fue suficiente para darme cuenta de la profesionalidad de este artista. Otra gran actriz y comediante que figuró, fue la adorable Michelle Rodríguez, cada gesto, cada expresión que comunica, lo hace de maravilla, te cae bien con sólo verla sonreír. No hace falta decir lo excelente que trabaja el actor Alberto Estrella, lo hace con una contundencia, que me creo y conmueve cada expresión, cada palabra que evoca, a diferencia del protagónico que es pésimo.
No sabía que el Agua de Arrayán es una bebida cítrica, a la cual le adjudican propiedades milagro. Ya tendré la oportunidad de probarla. A pesar de todos mis comentarios, creo que lo que me deja esta película, son ganas de conocer esos rumbos de Jalisco. Tal vez el director sí logró su objetivo conmigo, a pesar de que no me agradó la cinta. Considero que para que me apeteciera volver a verla, tendrían que invitarme unos tequilas en Talpa.
