Vril es el primer lanzamiento de larga duración en la carrera como solista de Roy Cañedo en el que muestra una faceta distinta en su obra musical. Resultado de la experiencia frente al encierro que estamos viviendo. Vril es un disco instrumental que comenzó como un ejercicio para mantener ocupada la mente creativa durante la cuarentena. El reto fue componer un track diario durante abril, comenzando el primer día del mes. Por eso, el título de cada composición comienza con un número, sin ser consecutivos, pues la entrega publicada es la selección final.
El título del disco es la combinación de la palabra «abril» con la del título del libro de Edward Bulwer-Lytton; Vril, el poder de la raza venidera. El cual es la base sobre la cual Cañedo generó esta obra. Los nombres de los tracks son frases del libro que expresan en palabras la emoción de cada composición, y aunque las texturas sonoras sustituyen a la lírica. Los temas recurrentes en la obra general de Roy Cañedo permanecen en ellas. Las notas musicales que conforman los 12 tracks del disco nos contagian de sentimientos melancólicos y reflexivos sin necesidad de emitir palabra alguna.
Vril puede tomarse como una representación, o mejor dicho, re escritura de la obra literaria de Bulwer. Sin embargo, es ya una apropiación de Cañedo en cuanto a que es una obra introspectiva e íntima cuyo proceso creativo partió de grabaciones del ambiente de varios espacios exteriores e interiores en su casa. Sonidos de la calle (grabados desde su balcón), de espacios compartidos en su edificio (las escaleras o el cubo del elevador), espacios de su mismo hogar, e incluso de conversaciones entre su pareja y él. Día tras día hubo una exploración auditiva sostenida con una grabadora vieja de MP3. Los diferentes espacios y atmósferas revelaban su propia música, la cual quedó complementada y consagrada con instrumentos. Vril es el resultado de la observación (o escucha) detenida del sonido del subterráneo personal del artista.
En sus palabras, la suma de esta obra es la puesta musical que refleja el hecho de que:
«Todos llevamos nuestros propios procesos y no sé como les esté tocando vivir todo esto, pero a mí me ha enfrentado con muchos de mis miedos más profundos más allá de la muerte. Sacar este disco para mí, es como vomitar una bola de pelos que he acumulado durante muchos años.»
