Edgar Castrejón es un reconocido escultor mexicano nacido en 1974 en la ciudad de México. Egresado de la academia bajo la tutela de escultores de la talla de “El Doctor Hermilo Castañeda” y “El Maestro Trejo” entre otros. El trabajo de Edgar se ha centrado en un muy particular estilo de escultura de la anatomía del cuerpo humano. Puede rayar en lo grotesco, pero que al mismo tiempo nos invita a sumergirnos en las bellas proporciones de la figura humana.
Undergraph tuvo la oportunidad de platicar con Edgar Castrejón y esto fue lo que nos contó.
Edgar, antes de entrar en materia, sabemos que además de ser escultor eres DJ, cuéntanos un poco más de esa faceta.
Nace por la mala educación de mi padre al que le aprendí de música que en ese entonces escuchaba como The Credence, Elvis Presley, The Doors y cosas por el estilo. Recuerdo que el sonido me envolvió inmediatamente. A los 17 años empecé a coleccionar mi propia música que estaba muy sumergida en sonidos fuertes y contestatarios de ese entonces como La Polla Records y Eskorbuto.
Al entrar al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) fue donde aprendí un poco más de música de amigos que escuchaban géneros diferentes. Después de varios años mi colección aumentó y para solventar mis gastos entré a trabajar a un bar llamado el Real Under en la Ciudad de México. Cuando se enteraron de la música que tenia me invitaron a tocar en el lugar. A partir de eso he tocado en diferentes fiestas y bares de la ciudad de México.
«Igor Mitoraj, Christophe Carbonnel y Antonio Rosetti cambiaron mi perspectiva de ver las cosas».
¿Cuándo nace el escultor?
El escultor nace desde los 10 años de edad. En casa de mis padres me compraban plastilinas y un juego que se llamaba tente que era de fichas con el que armabas cosas como carros y demás, ahí fue cuando empecé a hacer cosas con la guía de mi padre, que me enseñaba y explicaba como era su creación y los materiales que usaba. A partir de ese momento mi vida cambió y siempre quise dedicarme a esto llamado escultura.
¿Cómo definirías tu obra?
Puedo definir mi obra en varias partes que van principalmente en la figura humana que es lo que más me gusta modelar y la expresión que intento dejar en cada una de ellas. Al ser piezas únicas en su mayoría, trato de que el espectador y el comprador de mis obras se vean reflejados en ellas y que la obra hable por sí misma para generar un sentimiento.
¿Qué materiales y técnicas son las que usas más frecuentemente?
Los materiales que ocupo son plastilina para escultor y moldes para vaciar cera y terminar mis obras en bronce principalmente, ahora trato de incursionar en otros materiales como poliuretanos, acrílicos y oleos con la finalidad de seguir creando y plasmando lo que pienso.
Nos encanta la idea de que tu obra intenta involucrar al público quitando fragmentos de la figura para que el cerebro del espectador complete las piezas. ¿De dónde sale esa inspiración?
Nace en esa búsqueda personal de plasmar e involucrar al espectador en primera instancia. Trato de plasmar esa necesidad que tengo de crear algo diferente para mí primeramente, y al estar completo con lo que tengo en mi mente, ya lo hago permanente en el bronce.
¿Quiénes son las principales influencias en tu obra?
Hay tres escultores que cambiaron mi perspectiva de ver las cosas: Igor Mitoraj de Alemania, Christophe Carbonnel de Francia y Antonio Rosetti de Italia principalmente.
¿Cómo te ha ido este 2020 y como has sobrevivido en el arte?
Este año ha sido realmente fuerte para todo el mundo. Con la pandemia todo se detuvo para mí ya que el año pasado puse una nueva escuela de escultura la cual se tuvo que cerrar por la falta de alumnos. Las galerías igual, fue algo realmente inesperado para todos. Muchos amigos míos han muerto y ha cambiado mi forma de sentir y plasmar mis obras. He podido sobrevivir ya que soy una persona que tiene cierta educación financiera y me ha permitido ahorrar dinero, que ahora se está agotando (risas).
También con clases en línea con los alumnos que siguen creyendo en mí y los que se han sumado ahora con eso de las redes sociales. pero en definitiva ha sido difícil cuando estaba acostumbrado a estar entre la fundición, mi taller, las galerías, exposiciones y demás cosas en donde me desenvolvía. Espero se acabe pronto y pueda montar más exposiciones.
Sabemos que también te dedicas a la docencia, ¿qué pueden aprender tus alumnos trabajando contigo?
En primera instancia lo que les enseño es anatomía artística y todas las conexiones de los músculos del cuerpo humano. He diseñado un programa en el cuál el alumno lo puede identificar fácilmente y plasmarlo correctamente. Mi idea principal es formar escultores reales, que su obra hable por sí sola y que realmente puedan plasmar correctamente sus sentimientos en su trabajo.
«Lo peor de mi trabajo … recoger mi desmadre»
¿Cuál o cuales son tus creaciones favoritas y por que?
Tengo varias obras que he vendido y que tengo actualmente en el taller. Entre esas varias un buda tamaño natural que se encuentra en el pueblo de San Juan Teotihuacán. Esa en particular la hice viviendo en ese zendo. Le tengo un gran aprecio a todo lo que me llevo a plasmarla en ese lugar y aprender a meditar y modelar al mismo tiempo, fue de gran aprendizaje para mi.
Todas las obras que hago siempre tienen algo especial.
¿Qué es lo mejor y lo peor de tu trabajo?
Lo mejor son dos cosas que son las que me llenan, dar clases y transmitir lo que sé a mis alumnos y en definitiva modelar y ver mis obras terminadas. Eso me llena de sobremanera mi vida. Lo peor de mi trabajo… recoger mi desmadre que dejo al terminar de modelar (Risas) ya que soy enemigo de que alguien mas recoja.
¿Cuáles son los planes a futuro?
En un futuro no muy lejano abrir el taller de escultura, con la experiencia del pasado y con las ideas que tengo. Quiero ofrecer a mis alumnos y a toda la gente un taller con 2 o más actividades que son pintura y dibujo. Ya tengo a los maestros que estarán apoyándome que son de un gran renombre y de la mejor calidad que hay actualmente en el país, después les comentare quienes son.
Recomiéndanos un libro, una exposición o un museo.
Un libro sería El Discípulo del doctor Sergio López Ramos. Una exposición; Ron Mueck y un museo sin duda alguna que para mi es un viaje, El Museo de Antropología e Historia de la CDMX que en su totalidad para mi me lleva a ver lo grandioso de nuestro país.
¿Dónde podemos ver tu trabajo?
Actualmente en la galería Zignus que esta ya en las redes sociales (Facebook, Instagram) y en mi página personal.